lunes, 26 de noviembre de 2012

Rayo a cielo abierto





GUADALAJARA, JALISCO (24/NOV/2012).-  En qué momento del mundo vivimos. Vemos la cifra oficial que nos informa que este Mustang tiene 650 HP y esto casi parece normal. Pero hay una receta para esto, una fórmula para recuperar la sensibilidad. Basta escuchar el Shelby que ven aquí en las fotos. Cuando lo hagan, comenzarán a entender de qué son capaces esas seis centenas y media de caballos de fuerza. La total comprensión, bueno, esa sólo llegará cuando lo conduzca.

Rediseñado para 2013, el Mustang es un clásico mundial. Un éxito que desde 1964 ha despertado pasiones y controversias en todo el mundo. Y su máxima expresión es ésta, la que vemos en esta página, con la orgullosa serpiente que recuerda al más famoso preparador de estos autos: Carrol Shelby.

Su forma no necesita mayor explicación. Es el pony car por excelencia. Sus hombros marcan los músculos que el motor, en esta versión más que en ninguna otra, soporta. El techo de lona negro puede hasta quitarle, ante algunos ojos, algo de fuerza, de masculinidad, pero el frente sin parrilla, las franjas de la carrocería y, más que nada, su abolengo de deportivo estadounidense, se encargan de dejar claro que éste es un auto hecho con la testosterona en lo más alto.

Por si a alguien le interesa mucho el interior, podemos decir que el coche muestra una buena evolución sobre algunos de sus antecesores. Los plásticos que cubren el tablero, por ejemplo, ya son acojinados y no reflejan la luz del sol en el parabrisas. Los asientos están forrados de piel y el espacio para los ocupantes de las plazas delanteras es muy bueno. Sí, hay dos plazas más detrás de los asientos anteriores, pero son tan reducidas que es más sano considerar el Mustang un biplaza. Algunos plásticos, como el de la consola central o de la base de los forros de las puertas, recuerdan su origen más mundano, pero lo que realmente nos parece una falla es la falta del sistema MyFordTouch en un auto cuyo precio rebasa los 900 mil pesos.

Lo que realmente importa

Todo esto, sin embargo, se transforma en detalles, en nimiedades, cuando encendemos el motor y escuchamos su trueno tan poderoso, que pareciera que Thor en persona bajó de los cielos para provocarnos con su ira. John Lennon decía que le gustaba el rock porque no era una música que le hablara al corazón o al cerebro, le llegaba directo a las vísceras. A Lennon, estamos seguros, le hubiera fascinado escuchar a un Shelby 2013.

Como los iconos tampoco son perfectos, el Mustang es un auto que impone un elevadísimo nivel de exigencia al conductor. Más aún el Shelby. Pise el durísimo pedal de embrague, ponga primera velocidad, échele ganas en el pie derecho y suelte el “clutch”. Durante los próximos segundos la trasera del auto estará patinando hacia todos lados, sus manos estarán agarrándose al volante como si fuera el último trozo de pan sobre la Tierra y su corazón estará latiendo como si quisiera salir del pecho. Si en ese momento trae el techo de lona abajo, más le vale contener la sonrisa antes que algún insecto le golpee los dientes. Pero no se preocupe, su mente estará sonriendo y su espíritu le recordará que una parte suya nunca dejó de tener 10 años de edad. El Shelby, en cualquier versión, es lo más parecido a la fuente de la juventud que se puede encontrar.

Si se pudiéramos definir el auto en una palabra, sería: Furia. No sólo por el motor, en la magnificencia de sus ocho cilindros y 650 caballos de fuerza. Todo el conjunto del Mustang Shelby dice esto. El eje rígido trasero es a la vez su talón de Aquiles y su virtud única. Al hacer de este un auto indomable, que al entrar en una curva con piso irregular hace saltar con alegría su parte trasera, el Mustang se hace un auto sólo para atrevidos, conocedores, domadores de fieras. En una pequeña carretera de curvas, difícilmente podrá seguir el paso de sus rivales con suspensión trasera independiente. Pero que estos no descansen en sus laureles, porque en la primera recta, por corta que sea, el Shelby los va a rebasar, probablemente de manera humillante.

No. El Mustang Shelby no es un coche para cualquiera. No sólo porque su precio de 939,300 pesos lo aleja de la mayoría de los mortales, sino porque se necesitan un par de pantalones bien puestos para conducirlo. Más aún para manejarlo como se debe: rápido, acelerando a fondo, luchando con su dirección para contener su cola. Un error y el precio a pagar puede ser muy alto. Pero, cómo le ponemos precio a algo que nos devuelve ese pedazo de juventud que, pensábamos hace tan solo unos segundos, estaba completamente enterrada en algún lugar dentro de nosotros. El Shelby, nos alegra informarles, es capaz de hacerlo.


EL DATO

El equipo SVT cumple 20 años


El Shelby GT500 Convertible debutó el pasado mes de febrero en el Salón de Chicago. Un salón que el Equipo Especial de Vehículos Ford (SVT, por sus siglas en inglés) conoce muy bien, ya que en el pasado se presentó el SVT Mustang Cobra 1993, como su primer desarrollo propio.

Ahora, SVT cumple 20 años de aquel lanzamiento de 1992 y lo conmemora con emblemas que se observan en las banquetas y sobre todo, la luz azul que emana elegantemente de las letras.


FICHA TÉCNICA

Shelby GT500 Convertible

Motor:
Frontal longitudinal; ocho cilindros en V; 5.8 litros de desplazamiento; Supercargado; DOHC; 32 válvulas; con inyección de combustible secuencial multipunto. Potencia: 650 cv @ 6,500 rpm/ Torque: 600 libras-pie @ 4,000 rpm.

Tracción:
Trasera.

Transmisión:
Manual de seis velocidades (6+R).

Suspensión: Delantera – Independiente, de tipo McPherson, con resortes helicoidales y barra estabilizadora. Trasera – De eje rígido, con barra Panhard y barra estabilizadora.

Frenos:
De discos ventilados en las cuatro ruedas, con sistema antibloqueo (ABS) y distribución electrónica de la fuerza del frenado (EBD).

Dirección: De piñón y cremallera, con asistencia eléctrica.

Dimensiones y capacidades:


Largo / Ancho / Alto (mm)

4,765 / 2,014 / 1,414

Distancia entre ejes: 2,720 mm

Peso: 1,471 kilogramos.

Tanque- 60 litros.

Cajuela- 275 litros.

Resultados de la prueba realizada en el Autódromo Guadalajara:

Aceleración 0 a 100 km/h en 4.6 segundos

Frenado de 100 km/h a 0: 41 metros.

Cuarto de milla: 13.85 segundos a 172 km/h

Velocidad máxima gobernada: 320 km/h

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